El cumpleaños de la Tierra

El Día de La Tierra.

Por Omar V. M.

El 22 de abril se celebra en los países miembros de la ONU el “Día Internacional de la Madre Tierra”. La celebración oficial de éste día fue promovida principalmente por Gaylord Anton Nelson (1916-2005), político estadounidense conocido en los 70’s por las audiencias sobre la seguridad de las píldoras anticonceptivas, cuyo resultado fue la inclusión de información sobre efectos secundarios en los envases del producto, lo que constituyó además la primera vez que un medicamento incluía esta información y por promover la concientización respecto a la preservación del planeta entre otras formas, mediante la celebración oficial de un día dedicado a la Tierra.

Nelson fue gobernador por el Estado de Wisconsin de 1959 a 1963, y senador del mismo Estado de la Unión Americana por el partido demócrata, puesto que ocupó de 1963 a 1981 al ser reelecto tres veces. Gaylord Anton Nelson, se caracterizó política y socialmente por ser un defensor del medio ambiente. Su trabajo como promotor de la conciencia sobre la contaminación, la sobreexplotación y la sobrepoblación de la tierra ha sido reconocido con la Medalla Presidencial de la Libertad, la cual recibió en 1995, así mismo el Instituto de Estudios Medioambientales de la universidad de Wisconsin y el parque estatal de Wisconsin llevan  el nombre del político y ambientalista.

Antecedentes

La primera celebración oficial del “Día de la Tierra” tuvo lugar el 22 de abril de 1970 como una convocatoria abierta promovida por el entonces senador Nelson para presionar al congreso, encabezado por el entonces vicepresidente Spiro T. Agnew quien presidia el senado, para que el gobierno federal tomara acciones en materia de medio ambiente. Como resultado de de ésta y otras manifestaciones sociales, el gobierno estadounidense creó la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en Inglés) en Julio de 1970.

La celebración del día de la tierra tiene también antecedentes en los trabajos académicos en materia de medio ambiente realizados por Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en 1968, el proyecto para la supervivencia de la Universidad de Northwestern (Ilinois, EE.UU.) en 1970, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano llevada a cabo en Estocolmo, Suecia en 1972, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo realizada en Rio de Janeiro en 1992, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible que tuvo lugar en Johannesburgo, Sudáfrica en 2002 y la Resolución 60/192 de la Cumbre Mundial 2005 en la que se proclama 2008 Año Internacional del Planeta Tierra.

Institucionalización

La celebración de un día dedicado al Planeta Tierra, se Institucionalizó oficialmente en 2009 al ser aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de abril de ese año la Resolución 63/278 en la que se decide designar el 22 de abril Día Internacional de la Madre Tierra, observando que cada año se celebraba ya en varios países ese día como “Día de la Tierra”.

La resolución 63/278 reconoce que “la Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar, y convencida de que para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra”  y que “Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.”

En la citada resolución, la Asamblea General de la ONU invita a “todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones internacionales, regionales y subregionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y las partes interesadas a observar el Día Internacional de la Madre Tierra y crear conciencia al respecto, según proceda”.

Trabajos posteriores

Para mayo de 2009, en su octavo periodo de sesiones, el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas solicitó la preparación de un estudio sobre la aplicación de la resolución 63/278 teniendo en cuenta, entre otras cosas, la necesidad de respetar y reconocer los derechos de la Madre Tierra. Los resultados de tal estudio se discutieron en el noveno periodo de sesiones en abril de 2010, donde se discutió además establecimiento de una Declaración sobre los Derechos de la Madre Tierra (www.un.org).

Por su parte, la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra,  celebrada en abril de 2010 en Cochabamba Bolivia en su “Acuerdo de los Pueblos” se denuncia al sistema capitalista como principal causante del cambio climático y aboga por un “nuevo sistema ‘que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos’ a través del reconocimiento de los derechos de la ‘Madre Tierra’” mismos que fueron redactados en esta misma conferencia en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra (rio20.net; un.org; un-ngls.org).

Por otro lado, la ONU organizó la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable, que tuvo lugar en Rio de Janeiro en junio de 2012, conocida como Rio+20 en el marco de los veinte años de la Cumbre de la Tierra en la que se aprobó el Programa 21 “punto de partida para repensar el crecimiento económico, promover la equidad social y garantizar la protección ambiental” (un.org). Rio+20 tuvo como objetivo principal dar seguimiento a las discusiones respecto al cambio climático, la sobrepoblación del planeta y el aumento de la pobreza.

Pero aún hay mucho trabajo por hacer, y conforme el tiempo avanza, la humanidad parece encaminarse a un destino  de inminente destrucción, pues no importa cuántos proyectos de concientización lleven a cabo los gobiernos nacionales, organismos internacionales y las instituciones académicas, éstos esfuerzos son por mucho menos que aquellos que los gobiernos y los científicos realizan en pos de conseguir mayor explotación de recursos naturales y más aún los dedicados a desarrollar armamento más destructivo. Los intereses del ser humano son claros, se reflejan en sus acciones diarias, tanto de los gobiernos, cómo de los individuos.

«El Orden del Caos»: la búsqueda de un patrón»

Por Omar Velmar

Un matemático solitario y cascarrabias, aquejado por las migrañas y perturbado por la paranoia. Un genio encerrado entre cuatro paredes, una computadora y una cama, evitando siempre el contacto con los demás. Custodiado por una puerta que ve pasar a una linda niña que ansía jugar, a una mujer mayor y a una hermosa dama, que desea conocer más a aquel introvertido personaje.

Una búsqueda constante, un número, un patrón. Todo debe tener un patrón, pero ¿cuál es el patrón del caos? Un número que no tiene sentido, o a caso uno simplemente no es capaz de comprender su significado.El matemático vive empeñado en despejar una ecuación que demostrará que todo tiene un patrón, incluso considera que el caos tiene un orden, y ese patrón  es una espiral. En su intento de resolver este problema, termina por fundir su computadora, su única compañera, la cual solo proporciona un numero que párese no tener sentido.Pero la realidad tiene tantas explicaciones y patrones posibles como jugadas tiene el GO. Ante cualquier pregunta que nos hacemos, tratamos de predecir la respuesta. Nos convencemos  que determinada información, puede ser un número. Esa puede ser  la respuesta,  y tratamos de encontrarla en cualquier lugar. Haciendo que coincida con cualquier explicación posible. Así lo advierte un viejo amigo quien también se extravió en la búsqueda de un número.¿Cuantos buscan la misma respuesta, pero no hacen la misma pregunta? Se busca el mismo número pero las intenciones son totalmente distintas, las cosas tienen un significado diferente para cada persona. Un numerólogo, un judío jasídico y unos empresarios ansiosos pueden esperar cosas distintas de un algo que no comprenden por entero.

Se puede encontrar un número que explique realidades distintas, que represente un patrón. Una llave maestra para manejar el mercado financiero, el nombre de dios. Pero es sólo un número, y quizás sea sólo un error de software.

No todo lo que vemos es real, pero sentimos como si lo fuera. Entonces que es real? La persecución quizás, el dolor  tal vez, los números, o dios. Cuál es la línea que separa al matemático del numerólogo.

Con cuanto afán buscamos respuestas. Podemos buscarlas nosotros mismos o utilizar a alguien más. Y después culparlo, si las cosas no resultan como esperamos. Al fin siempre hay un genio que debe poder resolverlo todo.

¿Acaso suficiente saber un número? ¿no hay nada más allá de su aparente simplicidad’ ¿Un número será la respuesta a todo? Pero siempre hay algo más, que comprender, no es el número simplemente, sino lo que puede representar. Sin embargo, no puede analizarse la vida y vivirla al mismo tiempo.

¿valdrá la pena conocer el patrón de todo? ¿Saber que la vida es como una espiral dará certidumbre a nuestra existencia? ¿De cuántos placeres nos privamos al buscar ansiosamente la respuesta? cuanto dolor nos causamos y que dejamos de apreciar. ¿Valdrá más analizar o vivir, ignorar, o vivir en frustración? ¿Qué es lo que necesitamos saber? ¿Que es lo que los demás quieren de nosotros?

Al final, tras la muerte de su amigo, el matemático aprecia la respuesta encontrada. La naturaleza de aquel número que logra guardar en su memoria pero ¿ solo él la entiende? ¿Es insuficiente? Se ve frente al espejo y lo elimina todo, es como reiniciar el ordenador. Descansar al fin. Ver  las cosas de otro modo pues lo aprendido cambia la percepción del mundo. Quizá no logra entenderlo todo, pero ¿que más da? Es momento de vivir. Una niña lo espera para jugar. Hay que contemplar el cielo. Ver las hojas de un árbol movidas por el viento, sin persecuciones, sin frustración.

π (Pi, el orden del caos en Latinoamérica), Dirigida por Darren Aronofsky, protagonizada por Sean Gullette. Estados Unidos, 1998. Duración 84 min