Por Omar V.M.
Aprovechando las fiestas de fin de año, el contexto de la temporada navideña y el motivo de la última publicación del año, he decidido compartir algunas curiosidades sobre el origen de algunas de las tradiciones más representativas de las celebraciones navideñas modernas.
Aclaro que no soy un “grinch” ni padezco depresión navideña y si bien me considero un agnóstico, no es mi intención atacar, ni ofender a persona alguna, ni romper con las costumbres de ésta temporada invernal, que van más allá de lo meramente religioso, pues hoy por hoy se trata más de una celebración familiar, secular que un ritual religioso.
Advierto que lo que aquí menciono no tiene ningún motivo religioso, y es una simple exposición de pequeños datos curiosos, respecto a estas fiestas tan populares. Así pues comienzo con lo más elemental; el significado de la palabra navidad.
El significado de la navidad
La palabra navidad procede del término natividad y significa nacimiento. De este modo, la navidad resulta ser una fiesta de carácter religioso en la cual los cristianos conmemoran el nacimiento del hijo del dios único y omnipotente.
No obstante estas fiestas han sobrepasado el ámbito religioso y se celebran secularmente entre familiares, amigos y vecinos como un buen pretexto para convivir sanamente y fortalecer los lazos afectivos.
Puedo suponer que éste detalle respecto al significado de la palabra navidad es conocido por la mayoría de las personas, pero no estaba de más mencionarlo.
El día de navidad
Alguna vez se han preguntado ¿por qué se celebra el día de navidad el 25 de diciembre, justo en el solsticio de invierno?
La celebración del 25 de diciembre es resultado de la adaptación de la fe cristiana a las costumbres romanas hasta entonces imperantes. Conforme el cristianismo fue creciendo en popularidad e influencia, y una vez que se instauró como religión oficial del imperio romano, se dio lugar a la mezcla de ideas cristianas con tradiciones romanas arraigadas.
Entre otras tantas costumbres adaptadas al cristianismo, los romanos retomaron la fecha de celebración del solsticio de invierno el 25 de diciembre, fecha en que celebraban el nacimiento de los dioses mitra y sol invicto, a quienes simplemente se les sustituyó por la divinidad cristiana Jesús, dado que se desconocía – y a la fecha se desconoce – la fecha exacta del nacimiento de éste último.
El 25 de diciembre se institucionalizó como la fecha de la navidad, aproximadamente entre el siglo IV y el siglo V de la era común occidental.
Habiendo pues identificado la razón de ser de la fiesta de navidad y de porqué se festeja el 25 de diciembre, continuaré con algunos datos respecto a los adornos, iconos y costumbres más comunes de la temporada navideña.
Las luces de navidad
Las primeras series de luces navideñas fueron inventadas en 1882 por Edward H. Johnson inventor y empresario socio de Tomás Alva Edison, siendo por consiguiente General Electric la primera compañía en sacar dicho producto al mercado.
Se dice que la idea originalmente perteneció a un operador de teléfonos estadounidense quien se basó en las luces del tablero de conexiones telefónicas.
Las luces navideñas, quizá tengan su origen en las velas y fogatas encendidas por las culturas europeas antiguas (romanos, celtas nórdicos, germanos) durante las celebraciones del solsticio de invierno, los días más obscuros del año.
Hoy sin duda, las series de luces son un adorno básico en las fiestas navideñas, tanto en las casas como en las plazas públicas y plazas comerciales, así como en las vías de transito principales de las ciudades.
El árbol de navidad
El árbol de navidad tiene su origen en una tradición invernal de los pueblos nórdicos que se remonta a hace más de dos mil años, con la cual se recibía el solsticio de invierno. Ésta usanza se institucionalizó como tradición cristianizada en Alemania en el siglo XVII, como una adopción cultural resultado de la evangelización, de la conquista religiosa del cristianismo europeo.
En la tradición nórdica el árbol, que podía ser un abeto o un roble, representaba el universo con el Valhalla resplandeciendo en la copa del árbol. Durante ésta época los habitantes solían sacrificar varios animales dada la imposibilidad de alimentarlos en invierno, lo que permitía un gran festín que duraba doce días.
La cristianización de ésta tradición de los pueblos del norte de Europa se le atribuye al clérigo inglés Bonifacio de Maguncia (675-754), quien viajó a lo que hoy es Hesse, Alemania, a difundir la ideología y creencias cristianas.
Los regalos
Los regalos de navidad en la sociedad occidental simbolizan, por un lado los presentes entregados por los tres reyes magos a la divinidad cristiana Jesús según el relato del apóstol cristiano Mateo Levi.
Por otro lado, los regalos de navidad también guardan relación con el intercambio de regalos que los romanos promovían durante las fiestas sarturnales de fin de año. En estas fiestas realizadas en vísperas del solsticio de invierno (25 de diciembre), los romanos hacían festines, daban regalos a sus esclavos e incluso les conferían algunas libertades, que normalmente no tenían.
En costumbre moderna, el intercambio de regalos es evidentemente resultado de la influencia de la sociedad de consumo, la industria y el comercio. La publicidad y la propaganda, las compras casi obligadas por el canon social.
Los regalos, especialmente los juguetes para los niños del hogar, representan un negocio multimillonario que comenzó a gestarse desde el siglo XIX.
Ahora bien los regalos de navidad traen a la mente a cuatro personajes esenciales de la costumbre navideña: Santa claus y Los tres Reyes Magos.
Santa Claus
La versión moderna de santa Claus o san Nicolás, se le debe a Clement Clarke Moore (1779-1863), profesor estadounidense de literatura, quien en 1823 escribiera un poema titulado La visita de san Nicolás en el que plasma y mezcla distintas tradiciones navideñas que han dado forma a la navidad como se conoce hoy en la sociedad occidental moderna, incluyendo el influyente personaje fe traje rojo y barba blanca.
El personaje descrito por Moore al parecer se basa en distintos personajes históricos uno de ellos, y el más identificable es san Nicolás de Bari Obispo cristiano del siglo IV conocido por dejar regalos u oro a una familia en miseria, de hecho existen distintas versiones de la leyenda de san Nicolás.
En unas versiones de la leyenda, Nicolás obsequia bienes de valor, en otras monedas de oro. En algunas versiones las deja caer monedas por la chimenea y éstas caen en unas calcetas que unas niñas habían dejado secar, de ahí la usanza norteamericana de colocar calcetas en la chimenea. En otras versiones las monedas caen en los zapatos, de ahí que algunos de nosotros alguna vez nos hayan pedido nuestro padres dejar los zapatos en la sala, junto al árbol. En otras versiones San Nicolás mete los regalos en un costal y lo deja caer por la ventana, o bien por la chimenea. De cualquier forma como se puede percibir, la chimenea es una constante.
Otros personajes que quizás influyeron al san Nicolás de Moore sean sinterklaas, personaje tradicional holandés de cuyo nombre proviene el estilizado estadounidense santa Claus quien montaba un caballo blanco. Bonhomme Noël, personaje de la costumbre francesa y de donde proviene el término hispanizado papa Noel.
En cuanto al trineo y los renos, quizás hayan sido retomados de las visiones germánicas y nórdicas, cabe aquí recordar que el autor era habitante de la ciudad de nueva York, fundada por colonos holandeses y en la cual radicaban personas provenientes de distintas partes de Europa.
Finalmente, el caricaturista y critico político estadounidense de origen alemán, Thomas Nast 1840-1902) fue a quien se le atribuye el hecho de haberle dado forma al santa Claus que conocemos hoy.
Los reyes magos
En cuanto a los reyes magos, éstos guardan una relación más directa con la leyenda cristiana del nacimiento del dios hijo o hijo de dios pues son estos personajes los que al conocer las estrellas y poseer grandes conocimientos, sabían del nacimiento de un ser importante para la humanidad.
Según la leyenda, estos magos, provenientes de oriente o según otras versiones de Europa, Asia y África, popularmente conocidos como Melchor, Gaspar y Baltazar son guiados por una estrella hasta donde nacería en mesías o enviado de dios o bien, según la tradición cristiana el rey de los judíos – faltaría aquí consultar las fuentes judías al respecto – para llevarle presentes, a saber; oro, mirra e incienso.
Este hecho justifica la tradición de dar obsequios en año nuevo. Sin embargo aquí aparecen otros cuestionamientos que me gustaría indagar y resolver para el texto del próximo fin de año: si los reyes magos son personajes con un vínculo literario más directo con la tradición cristiana de la navidad ¿Por qué no se conmemora su llegada el 25 de diciembre y si se celebra la llegada de santa Claus teniendo un origen posterior? ¿De dónde realmente provienen los reyes magos? ¿Por qué se festeja hasta el seis de enero su llegada? ¿Qué hay del mítico cuarto rey mago? ¿Existe algún referente histórico que demuestre la existencia de éstos personajes?
Las Posadas
Las posadas, estas fiestas que anteceden a la celebración de la navidad cristiana en las cuales se suele representar el peregrinaje de los personajes míticos cristianos José y maría en busca de posada estando maría en cinta y en vísperas de dar a luz, tienen su origen en una adaptación que los primeros cristianos europeos hicieron de las fiestas saturnales celebradas por los romanos en vísperas del solsticio de invierno. Una vez más se añadieron motivos y simbolismos cristianos a festividades que ya existían.
Por otro lado, para el caso mexicano estas fiestas, en las que la constante son las piñatas el poche y los “aguinaldos”, tienen además una mezcla con festividades invernales indígenas anteriores al solsticio de invierno, fiestas que los representantes de la iglesia católica en las colonias americanas aprovecharon para cristianizar a la población nativa.
Ahora bien, esta costumbre de las posadas, conlleva a otros dos símbolos de la celebración de navidad en nuestro país; uno es el aguinaldo y otro la piñata.
El aguinaldo
El aguinaldo quizá también guarde relación con el intercambio de regalos promovido por los romanos en las fiestas saturnales, específicamente con aquellos obsequios dados a los esclavos, pues en la antigüedad se creía que se atraía un buen auguro para el nuevo año haciendo obsequios y creando un flujo de regalos generosos.
Así pues el aguinaldo se ha derivado a la fecha en dos tipos principales de aguinaldo, el del entorno popular que refiere a las bolsas de dulces obsequiados a los niños en las posadas y fiestas infantiles, y en el ámbito laboral a la prestación económica que tienen los empleados generalmente, pero no exclusivamente, en fin de año, y que para el caso mexicano debe corresponder a 15 días de salario.
Las piñatas
En cuanto a las piñatas están hechas regularmente de casuelas de barro o bien de papel mache, y aunque hoy en día las hay de distintas formas y colores, originalmente son piñatas de forma circular y con siete picos.
En el sentido cristiano, la piñata con siete picos representa los siete pecados capitales; gula, lujuria, soberbia, avaricia, ira, envidia y pereza.
Las piñatas fueron un instrumento empleado por los evangelistas en Hispanoamérica para enseñar sobre el bien y el mal. De ésta forma golpear y romper la piñata simbolizaba combatir el mar, el pecado, y el hecho de golpear la piñata con los ojos vendados, simbolizaba la fe en dios. Por otro lado la fruta, dulces y regalos contenidos en el interior, son la recompensa por vencer al mal.
Bien, para terminar, antes de explayarme más y terminar escribiendo incoherencias, compartiré dos últimos datos históricos curiosos, ambos más bien político-religiosos. El primero al que me referiré es la prohibición que los protestantes, anglicanos y puritanos promovieron de los festejos de navidad durante el siglo XVII. En segundo lugar de como se decidió que jesus era un dios y lo complejo que puede resultar formular una doctrina religiosa.
La prohibición de la navidad
Los protestantes censuraron y prohibieron la navidad alrededor del siglo XVII de la era común dada la naturaleza liberada de las fiestas navideñas, pues pese a la solemnidad del ritual eclesiástico católico, fuera de las iglesias la fiesta prevalecía en su carácter desenfrenado, permanecían como en su origen romano, y como en la actualidad, se despojaba del sentido religioso, siendo la juerga y la ingesta de bebidas alcohólicas la constante.
Los protestantes y puritanos, repudiaban y censuraban las fiestas navideñas por que la consideraban una invención de la iglesia católica, es decir, no consideraban un origen netamente cristiano de la fiesta de navidad, sino más bien encontraban en la navidad un origen pagano y en su celebración una razón impropia que en vez de promover la devoción a su dios, promovía el libertinaje, la embriaguez y la gula. Esto es para los protestantes, la celebración de la navidad era solo diversión.
En Inglaterra, dado el distanciamiento con el vaticano, la navidad llegó a ser prohibida en algún momento durante el siglo XVII, así como entre las comunidades puritanas de las colonias británicas en Norteamérica.
La divinidad de jesús y la maternidad de maría
La naturaleza “divina” de Jesús o yehošua, también llamado cristo se definió formal e institucionalmente en el Primer Concilio Ecuménico realizado en Nicea en el año 325 de la era común, convocado por el emperador romano Constantino, y mismo que duró más de dos meses.
En aquel primer concilio de Nicea, se definió el credo cristiano, en el que se establece que Jesús, es hijo de maría la virgen y es el dios único encarnado por obra del espíritu santo, de forma tal que las tres personalidades creadas por los cristianos greco-romanos dios padre, dios hijo y dios espíritu santo pasaban a tener la misma naturaleza y por tanto resultaban ser un solo y mismo dios.
Lo anterior dado que la existencia de estas tres personalidades había dado lugar a un debate respecto a la naturaleza del dios cristiano, que del dios único de los judíos se había convertido en tres dioses diferentes. De ésta forma se formaron distintas doctrinas, algunas de las cuales como el arrianismo consideraban que cristo era hijo de dios pero no dios en sí, es decir era un semidiós como Hércules o Perseo para la cosmogonía griega, otras doctrinas aseguraban que cristo era más bien humano, un profeta.
El problema radicaba en que al ser el cristianismo una variante del judaísmo, se supone que debía haber un dios único, pero para la concepción de los griegos y romanos, cristo también debía tener una naturaleza divina para justificar la preñes de una virgen – vaya problema teológico e ideológico ¿no creen?
Por otro lado, fue durante el año 431 de la era común, en el Concilio de Éfeso, cuando se concretó la idea de un dios unificado encarnado en la persona humana y mortal de jesus engendrado por maría la virgen, proclamándose así la maternidad divina de esta, pues aunque su había sido embrazada por un dios, como era común en la cosmogonía greco-romana, ello no implicaba un acto carnal ese dios, como si sucedía en la visión greco-romana – vaya cosmovisión tan compleja la cristiana.
Sin embargo, los debates sobre la naturaleza del dios hijo, entre que si era humano o dios, continuaron hasta un curato concilio ecuménico, el concilio de Calcedonia en 451, presidido por el entonces líder de la iglesia católica el papa Leon I y el emperador Marciano. En éste concilio los clérigos católicos determinaron que Jesús poseía las dos naturalezas, es decir era un dios y también era un mortal, pero no era un semi-dios – ¿acaso podría esto resultar algo confuso?
Pues bien, no haré más preguntas que no se si algún día pueda llegar a comprender. No resultaría prudente exponer temas que desconozco.
Hasta aquí el último texto del año, espero les haya parecido interesante, no queda más de mi parte que agradecer a quien se ha animado a leer las divagaciones que he escrito durante ya casi dos años en éste blog.
Así mismo agradezco a los chavos de Neta por el espacio, la oportunidad y la tolerancia, y les deseo un feliz año nuevo a todos.